Señor:
Concédeme la serenidad
para aceptar las estupideces
que me encabronan de mi empresa
y que no puedo cambiar,
el coraje para cambiar aquellas
que no puedo aceptar y la sabiduría
para ocultar todas las pendejadas
que hice durante el día…
Ayúdame a dar siempre el
cien por ciento en mi trabajo…
Un 12% el lunes,
un 23% el martes,
un 40% el miércoles,
un 20% el jueves y
un 5% el viernes…
¡Y que no me chinguen que trabaje el sábado!
Recuérdame, señor, cuando tenga
un mal día y parezca que mis jefes
y compañeros tratan de desesperarme,
que se requieren 42 músculos para sonreír,
y tan solo 4 para acomodarles a esos
pendejos un buen chingadazo y partirles la madre…
Señor…
Mándame pena y dolor…
mándame males añejos….
pero en mi trabajo….
evítame lidiar con pendejos!
Amén!